Epitafios y lápidas:
- Aquí yace un viejo mariscal sin norte, que en el peso de su nobleza archipiélaga murió aliviando la digestión atravesado por un balín enemigo en su orificio prohibido.
- Aquí yace complacido un soldado imberbe que fue alcanzado manufacturando sus erguidos genitales a ritmo desinhibido, dotando con jadeos sus anhelos de virgen impúber.
- Aquí duerme el sueño eterno un capitán de infantería, que bajo las alquimias de Morfeo descansó su anatomía, descuidando su mando; atormentado su aeroplano en pleno vuelo en una colina enemiga.
- Aquí yace estruendoso un fallido músico y militar ejemplar, que orquestando en clave de fa su intestino despertó el instinto de un vecino que disuadió su concierto haciendo de un disparo erróneo un acierto.
- Aquí yace el más ilustre tragaldabas del tercer pelotón de la marina, que en un atracón y a escondidas, confundió la munición del regimiento con el guardarropía de la guarnición y aliñó su esófago con pólvora y pimienta.
- Aquí yace con desdicha un cadete irreverente, que repelente hasta la muerte, quiso probar con sarcasmo que el pisar una mierda no trae suerte sino una sensación más fuerte, la de estallar un campo minado.
- Aquí yace con orgullo el más valeroso general que ha tenido ejercito alguno, que portando a un subordinado herido recibió munición un palmo más abajo del ombligo.
- Aquí yace caballeroso un sargento peculiar, que gentil y ejemplar, fue a mear en un pinar por no mal oler su colina, con tal mala suerte para su entrepierna que se encontró con el sierre de la cremallera y entre agonía y afonía murió desangrado por evitar la sarna de sus soldados.
- Aquí yacen enjuto y fiel un soldado temeroso convertido en camillero y un afable herido de guerra, que siendo asistido por el enfermero, al ver éste emanar la sangre, vomitó las vísceras en la cara del tullido, que murió ahogado mientras clavaba su puñal al inefable curandero.
- Aquí yace un complaciente soldado y mejor amigo, apodado el ‘perculador’, que cuando despedía por el trasero a un compañero fallecido fue atropellado por un tanque de su mismo reclutamiento, haciendo marcha atrás en maniobra.
- Aquí yace, y que en paz descanse, un barbudo y obligado soldado, que de profesión pacifista, fue cegado en pleno tiroteo por el excrementar de una paloma, símbolo y arroba de su más fuerte creencia.
- Aquí yace un viejo mariscal sin norte, que en el peso de su nobleza archipiélaga murió aliviando la digestión atravesado por un balín enemigo en su orificio prohibido.
- Aquí yace complacido un soldado imberbe que fue alcanzado manufacturando sus erguidos genitales a ritmo desinhibido, dotando con jadeos sus anhelos de virgen impúber.
- Aquí duerme el sueño eterno un capitán de infantería, que bajo las alquimias de Morfeo descansó su anatomía, descuidando su mando; atormentado su aeroplano en pleno vuelo en una colina enemiga.
- Aquí yace estruendoso un fallido músico y militar ejemplar, que orquestando en clave de fa su intestino despertó el instinto de un vecino que disuadió su concierto haciendo de un disparo erróneo un acierto.
- Aquí yace el más ilustre tragaldabas del tercer pelotón de la marina, que en un atracón y a escondidas, confundió la munición del regimiento con el guardarropía de la guarnición y aliñó su esófago con pólvora y pimienta.
- Aquí yace con desdicha un cadete irreverente, que repelente hasta la muerte, quiso probar con sarcasmo que el pisar una mierda no trae suerte sino una sensación más fuerte, la de estallar un campo minado.
- Aquí yace con orgullo el más valeroso general que ha tenido ejercito alguno, que portando a un subordinado herido recibió munición un palmo más abajo del ombligo.
- Aquí yace caballeroso un sargento peculiar, que gentil y ejemplar, fue a mear en un pinar por no mal oler su colina, con tal mala suerte para su entrepierna que se encontró con el sierre de la cremallera y entre agonía y afonía murió desangrado por evitar la sarna de sus soldados.
- Aquí yacen enjuto y fiel un soldado temeroso convertido en camillero y un afable herido de guerra, que siendo asistido por el enfermero, al ver éste emanar la sangre, vomitó las vísceras en la cara del tullido, que murió ahogado mientras clavaba su puñal al inefable curandero.
- Aquí yace un complaciente soldado y mejor amigo, apodado el ‘perculador’, que cuando despedía por el trasero a un compañero fallecido fue atropellado por un tanque de su mismo reclutamiento, haciendo marcha atrás en maniobra.
- Aquí yace, y que en paz descanse, un barbudo y obligado soldado, que de profesión pacifista, fue cegado en pleno tiroteo por el excrementar de una paloma, símbolo y arroba de su más fuerte creencia.
1 comentari:
DEDICADO EXPRESAMENTE A MI QUERIDO 'ORACULO'
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